Un breve repaso de la historia de Turquía
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La edad antigua
Entre 2600 y 1900 a.C., los hititas establecen su imperio con capital en Hattusa (hoy día Bogazköy). Conquistan Siria y Palestina, e incluso llegan a amenazar al poderoso faraón de Egipto, Amenofis IV.
Pero hacia mediados del siglo XII a.C., los llamados pueblos del mar, procedentes de Europa (frigios, urarteos y lidios), someten al Imperio hitita.
La invasión persa de Ciro el Grande se produce en el año 547 a.C. Las ciudades jónicas de Foça, Éfeso, Priene y Mileto no sólo no son destruidas; se promueve su desarrollo.
Alejandro Magno derrota a los persas y cruza los Dardanelos (el estrecho entre Europa y Asia) a mediados del siglo IV a.C. Tras su muerte (323 .a.C.), hay 40 años de guerras. Sus generales (los diadocos) se debilitan y el Imperio se desmembrana.
Surgen nuevos reinos como Galacia (Anatolia central), Ponto (costa oriental de mar Negro), Bitinia, Pérgamo y Capadocia (en el sudeste).
En el año 129 a.C., Roma consolida su dominio en Anatolia y crea la provincia de Asia, con capital en Éfeso. En el siglo IV d.C., el emperador Constantino funda Constantinopla (actual Estambul) y, ya con el emperador Justiniano, la península pasa a formar parte del Imperio bizantino.
Bajo el reinado de Justiniano, el Imperio vive un momento de gran prosperidad. A él se debe la construcción de la basílica de Santa Sofía, el edificio más emblemático de toda la cristiandad. Tras su muerte, se produce un nuevo periodo de decadencia cultural.
La época otomana
Tras la aparición del Islam (s. VII), los turcos entran en escena. Dominan Anatolia con el primer Imperio selyúcida (s. XI). En 1071 crean el sultanato de Rum, que abarca la mitad oriental de Asia Menor.
A finales del siglo XII, Osman funda la simiente del Imperio otomano. Murad I (1359-1389) ocupa Tracia, Macedonia y Bulgaria. Pero su sucesor,Bayaceto I (1389-1402), derrotado en Ankara por Tamerlán, pierde todas sus posesiones en Asia.
El curso de la historia de Turquía vuelve a cambiar con Mehmet I (1413-1421), que reconstruye el Imperio; Murad II (1421-1451) traslada la capital a Edirne y Mehmet II (1451-1481) toma Constantinopla en 1453.
El Imperio alcanza su cénit con Solimán el Magnífico (1520-1566). Este monarca contribuye de manera decisiva al esplendor de Estambul, reconstruye Jerusalén y sitia Viena. Somete a los países árabes del Próximo Oriente y extiende su dominio por todo el norte de África, excepto Marruecos.
Con sus sucesores empieza la decadencia. En 1571, don Juan de Austria derrota a la flota turca en Lepanto y, posteriormente, los otomanos pierden sus posesiones en Hungría. A finales del siglo XVII se acelera el declive y se acentúa el retraso socioeconómico, científico y militar respecto de las potencias de Europa occidental. Catalina II de Rusia (1729-1796) les arrebata los territorios al norte del mar Negro.
En el siglo XIX comienzan a calar los fundamentos del nacionalismo étnico entre los países vasallos, lo que provoca, en 1914, que el Imperio se limite a sus territorios asiáticos y a Tracia oriental.
En 1909, los Jóvenes Turcos, movimiento regeneracionista y partidario de la modernización, siguiendo el modelo occidental, derroca al sultán Abdül Hamit II, que había retrocedido a un régimen de corte absolutista, si bien impulsó reformas modernizadoras como la introducción del telégrafo y del ferrocarril.
Lo sucede Mehmet V (1909-1918), que al comenzar la I Guerra Mundial se alía con Alemania. Tras la derrota, se firma el Tratado de Sevres (1920), por el que los vencedores ocupan buena parte de los territorios del Imperio Otomano, incluido Estambul. Las zonas mejor comunicadas de Anatolia quedan en manos de los pueblos cristianos, y a los turcos musulmanes se los relega a las zonas más inhóspitas, sin acceso al mar.
El padre de la Turquía moderna
El general Mustafá Kemal, apodado Atatürk (1881-1938), lidera el movimiento de liberación nacional. Rechaza una invasión griega en 1922, abole el sultanato y proclama la república. Se lo elige presidente en elecciones consecutivas y traslada la capital a Ankara.
Durante 15 años, centra sus esfuerzos en introducir un sistema político laico que rompa con la tradición y el pasado islámicos. El programa de modernización y occidentalización del país incluye la aconfesionalidad del Estado, la abolición de los tribunales islámicos y de la enseñanza religiosa en las escuelas, el derecho a voto de la mujer, la introducción del alfabeto latino, la prohibición de la poligamia, la adopción del calendario gregoriano en lugar del islámico, etc.
Tras la muerte de Atatürk, en 1938, le sucede su compañero Isnet Inönü (1884-1973), que mantiene a Turquía en la neutralidad durante la II Guerra Mundial.
Desde la II Guerra Mundial hasta nuestros días
En 1945, el Partido Democrático, liderado por Adnan Menderes, entra en el panorama político. Rivaliza contra el Partido Republicano del Pueblo, hasta entonces partido único.
En 1950, el Partido Democrático accede al poder con Celal Bayar como presidente y Menderes como primer ministro. Dos años después, Turquía ingresa en la OTAN.
En 1960 y en medio de una gran crisis económica, se produce un golpe de estado protagonizado por militares que derrocan al gobierno y elaboran una nueva constitución. A Menderes lo ejecutan.
Las elecciones de 1961 confirman al general Gürsel en su puesto presidencial y llevan al poder al Partido Republicano del Pueblo, con Isnet Inönü como primer ministro. Pero en 1965 gana con holgura las elecciones Suleiman Demirel, al frente del Partido de la Justicia, heredero del Partido Democrático de Menderes.
Desde entonces, los gobiernos de coalición presididos por Demirel y Ecevit se suceden.
A finales de los años sesenta, la violencia terrorista desemboca en un segundo golpe militar, en 1971. Vuelve a pasar lo mismo en 1980: las Fuerzas Armadas toman el poder por tercera vez. En abril de 1993 Demirel vuelve a la presidencia.
En diciembre de 1999, el Consejo Europeo se reúne en Helsinki y decide aceptar a Turquía como país candidato a la Unión Europea. En octubre de 2005, se da inicio a las negociaciones de adhesión. El Consejo de la Unión Europea insta a Turquía a reconocer la República chipriota, abandonar la ocupación militar de la isla en la parte oriental y proseguir las reformas en derechos y libertades civiles.
Pero hasta el día de hoy, Turquía no forma parte de la Unión Europea. Las negociaciones están congeladas. El espíritu y los estándares europeos son requisito fundamental, y al parecer, Turquía está lejos de ellos.